domingo, 25 de marzo de 2012

La Concepción del Mundo

Para los egipcios, la vida en la tierra era sólo un aspecto efímero en comparación con el tiempo infinito del más allá. La muerte suponía la posibilidad de la felicidad eterna, pero, para lograrla, el hombre tenía que vivir en este mundo en armonía con las reglas establecidas, con la ética que provenía del poder. 

La estancia en este mundo era una preparación para el más allá, sobrevivir después de la muerte era más decisivo que el propio vivir en este mundo.

Para el egipcio, el hombre, además de su cuerpo, poseía el ba, especie de alma o parte espiritual del ser humano, y el ka. El ka, era como la manifestación de las energías vitales que se produce en la función creadora de los dioses. 

En el ámbito particular o individual, el concepto de ka estaría reservado a las fuerzas de las que proviene la vida. Pero algunos egiptólogos, asociaron el ka con un reflejo inmaterial del cuerpo, con una especie de doble del ser humano.

Si bien la muerte significaba la separación del cuerpo de los elementos inmateriales, éstos (el espíritu) continuaban viviendo en íntima relación con el cuerpo muerto. De ahí viene que en los ritos funerarios era preciso conservar el cadáver del difunto, y mantenerlo alimentado. 

Esto era para el faraón o sus familiares, pero nada se sabe que pasaba con el campesino o el artesano, con el egipcio pobre, o con aquellos que no poseían tumba. 


El Libro de los Muertos de los Antiguos Egipcios


Se conoce como "Libro de los Muertos" una colección de sortilegios que se incluían en las tumbas del Reino Nuevo, y pretendían ayudar al difunto en su difícil camino al Más Allá y en el juicio de Osiris. 
Su título original podría traducirse como "La salida del Día"  




Fuente:  Enciclopedia de Historia del Arte. Volumen 1. Editorial: Planeta De-Agostini SA