Los mitos solares
ATUM.
Nacido de Num, pues el dios primitivo de Heliópolis. Los teólogos de dicha ciudad interpretaron su nombre como "el completo", tal vez por la creencia de que se creó a sí mismo de las aguas de Num, mediante el poder de la palabra hablada :articulando su propio nombre. Se le llamó padre de los dioses.
KHEPERA.
Fue también un dios primitivo, padre y creador de los dioses a quien los sacerdotes de Heliópolis transformaron en un dios solar, haciéndole representar el dios del amanecer.
HARAKHTE.
Representó al sol en su viaje diurno de uno a otro horizonte, compendiando así las tres personalidades Khepera-Ra-Atum. Se representa con la cabeza de halcón, rematada a menudo por el disco y la serpiente sagrada.
TEFENET.
Representa a la diosa de la lluvia o el rocío. Sus lágrimas cayeron a la Tierra al ayudar a su marido a sostener el Cielo, sus lágrimas se convirtieron en plantas.
Se le atribuyó un carácter solar compartido con su esposo; cada mañana, recibían el Sol cuando éste rompía en las montañas de oriente. Se le describe como una leona coronada por el úreo solar. Se le consideró como el ojo izquierdo de Horus y como el ojo de Ra.º
GEB.
Forma con Nut la segunda pareja y se contrapone a su compañera como dios de la Tierra.
Se le consideró como padre de Ra y de Thoth. Es representado a menudo como un hombre echado a los pies de su padre. La separación que Tefenet realizó entre Geb y Nut dio lugar al espacio y a la luz.
NUT.
Era la diosa del cielo nocturno, porque se dice que de su seno renace todas las mañanas el sol y porque se le consideró protectora de los muertos, se le representaba con el cuerpo estrellado.
Se mostraba a una mujer de gigantesco vientre arqueada sobre la Tierra.
ATHOR.
La diosa Athor algunas veces es definida como "la gran vaca celeste que creó el mundo y el sol", pero para otros simboliza la Tierra madre; se dice que es hija de Ra y mujer de Horus.
Con frecuencia simboliza a la luna, a una mujer con cabeza de vaca o a una mujer de rostro bovino, en la mitología. Se le atribuía la bondad de los muertos, y se convirtió en una divinidad funeraria.
ATUM.
Nacido de Num, pues el dios primitivo de Heliópolis. Los teólogos de dicha ciudad interpretaron su nombre como "el completo", tal vez por la creencia de que se creó a sí mismo de las aguas de Num, mediante el poder de la palabra hablada :articulando su propio nombre. Se le llamó padre de los dioses.
KHEPERA.
Fue también un dios primitivo, padre y creador de los dioses a quien los sacerdotes de Heliópolis transformaron en un dios solar, haciéndole representar el dios del amanecer.
HARAKHTE.
Representó al sol en su viaje diurno de uno a otro horizonte, compendiando así las tres personalidades Khepera-Ra-Atum. Se representa con la cabeza de halcón, rematada a menudo por el disco y la serpiente sagrada.
TEFENET.
Representa a la diosa de la lluvia o el rocío. Sus lágrimas cayeron a la Tierra al ayudar a su marido a sostener el Cielo, sus lágrimas se convirtieron en plantas.
Se le atribuyó un carácter solar compartido con su esposo; cada mañana, recibían el Sol cuando éste rompía en las montañas de oriente. Se le describe como una leona coronada por el úreo solar. Se le consideró como el ojo izquierdo de Horus y como el ojo de Ra.º
GEB.
Forma con Nut la segunda pareja y se contrapone a su compañera como dios de la Tierra.
Se le consideró como padre de Ra y de Thoth. Es representado a menudo como un hombre echado a los pies de su padre. La separación que Tefenet realizó entre Geb y Nut dio lugar al espacio y a la luz.
NUT.
Era la diosa del cielo nocturno, porque se dice que de su seno renace todas las mañanas el sol y porque se le consideró protectora de los muertos, se le representaba con el cuerpo estrellado.
Se mostraba a una mujer de gigantesco vientre arqueada sobre la Tierra.
ATHOR.
La diosa Athor algunas veces es definida como "la gran vaca celeste que creó el mundo y el sol", pero para otros simboliza la Tierra madre; se dice que es hija de Ra y mujer de Horus.
Con frecuencia simboliza a la luna, a una mujer con cabeza de vaca o a una mujer de rostro bovino, en la mitología. Se le atribuía la bondad de los muertos, y se convirtió en una divinidad funeraria.